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Perfilado criminal: ¿en qué consiste?

18 de marzo de 2022 | Por Elena Sánchez-Miel

A partir de los años setenta, la Unidad de Ciencias de la Conducta del FBI propuso utilizar la técnica del perfilado criminal para esclarecer casos de asesinatos en serie. Esta técnica, que lleva aplicándose más de cincuenta años, cuenta con validez científica moderada. Distintos estudios concluyen que las hipótesis del perfilado cuentan con evidencia científica, pero siempre que se tengan en cuenta ciertas variables moderadoras, como puede ser la influencia de la situación sobre el autor.

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Jack El Destripador

Muchos autores consideran que el primer perfil de la historia de la criminología es el de Jack el Destripador, del doctor Thomas Bond, realizado en 1888.

¿Qué es el perfilado criminal?

“Proceso de predicción de las características de un delincuente basado en su conducta durante la comisión de uno o más de sus crímenes” (Canter, 1995).

Es importante tratar de reconstruir el comportamiento del delincuente porque, a partir de su conducta criminal, deduciremos las características distintivas del autor del delito.

A la hora de construir el perfil, analizaremos las evidencias conductuales, prestando atención a qué cosas ha hecho el autor durante el delito, además de observar qué comportamientos ha omitido. A partir de estas conductas, realizaremos inferencias sobre las características delincuente, clasificándolas en varias categorías: sociodemográficas (edad aproximada, estado civil, tipo de trabajo, lugar de residencia, etc.), criminológicas (posibles antecedentes policiales, carrera criminal, posibilidad de actuación futura, etc.) y psicológicas (problemas psicológicos, personalidad, consumo de sustancias, inteligencia, etc.). 

Las inferencias pueden llevarse a cabo de manera inductiva o de manera deductiva, según el tipo de razonamiento lógico que se utilice.

Perfilado deductivo y perfilado inductivo: claves

PERFILADO DEDUCTIVO: 

Hipótesis: el criminal proyectará cómo es a partir de las conductas que realice durante el delito, al ejercutarlo.

Se asume que cada individuo es único y solamente se tienen en cuenta las evidencias y datos objetivos, centrándose en ese caso concreto.

Por ejemplo, si estamos analizando la escena del crimen de un caso de un homicidio, nos fijaremos en el arma empleada. ¿El autor la llevó hasta allí o fue un arma de oportunidad? Responder a estas preguntas nos dan pistas sobre el grado de planificación. También el tipo de heridas que haya podido sufrir la víctima y la ubicación de estas nos informan sobre el grado de violencia y la posible motivación criminal. ¿Por qué esa víctima? ¿Se conocían de antes o simplemente el agresor la abordó por sorpresa o la trajo hasta el lugar mediante engaño?

 

PERFILADO INDUCTIVO: 

Hipótesis: dos individuos que cometan un delito de forma similar, tenderán a parecerse. 

A partir de una extensa base de datos sobre casos parecidos ya esclarecidos, se construyen una serie de tipologías de delincuentes utilizando técnicas estadísticas, que se comparan con el nuevo caso a resolver, asignándole una categoría en función de cuán parecido haya sido el comportamiento del criminal durante el delito. 

Por ejemplo, a la hora de elaborar un perfil sobre una persona que ha cometido un incendio forestal, podríamos recopilar la información de los 1919 incendios forestales esclarecidos en España entre 2007 y 2014 y  sobre los 1566 incendiarios que resultaron detenidos. Esto fue lo que hicieron los psicólogos criminalistas de la Unidad Técnica de Policía Judicial de la Guardia Civil. 

Mediante escalamiento multidimensional y análisis de clúster, encontramos cuatro perfiles. A partir de estos datos, concluimos, que, por ejemplo, la persona que provoca un incendio para conseguir un beneficio (ya sea económico o material), suele llevarlo a cabo en invierno, en más de un foco, teniendo el inicio en una carretera o vía, siendo esta persona autónomo, ganando entre 600 y 1200 € al mes, teniendo estudios elementales, viviendo con pareja, sin estar en tratamiento psicológico, desplazándose en todoterreno, viviendo a menos de un kilómetro del incendio y utilizando un mechero. Eso sí, hay que tener en cuenta que estos perfiles engloban características prototípicas, pero en el caso a resolver no tienen por qué cumplirse todas. Desde luego, cuanto mayor sea la base de datos, más específicos, precisos y mejores serán los perfiles que podrán elaborarse. 

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EL PERFILADO INDIRECTO

Se utiliza en situaciones en las que lo importante es conocer la personalidad del sujeto para poder interactuar con él de la mejor forma posible. Esto tiene que realizarse en muy poco tiempo, ya que este tipo de perfiles suele aplicarse en situaciones como puede ser una negociación de rehenes. Se le denomina indirecto porque no se incluye la colaboración ni participación explícitas de las personas que son evaluadas. Conviene recalcar que no se trata de una evaluación psicológica ni mucho menos, simplemente es una primera hipótesis sobre el temperamento y ciertas características psicológicas relevantes de las personas con la que se va a tratar, con el fin de ser de ayuda a la hora de intervenir. Por ello el perfilado indirecto se trata de una herramienta de inteligencia policial que el analista de conducta utilizará únicamente cuando no haya otra forma de valorar psicológicamente al individuo. 
El perfilado indirecto puede ser interesante para favorecer la colaboración de un sospechoso, dando pautas sobre cómo es la forma más adecuada de interrogarle. Imaginemos que tras analizar el caso, hipotetizamos que el sospechoso puntúa alto en extroversión, alto en neuroticismo (tendencia a la ira), alto en insensibilidad emocional y, además, que tiene tendencia a la impulsividad o agresividad. Esto podría indicarnos (teniendo en cuenta el modelo ENCUIST), que se trata de una persona que se mueve por refuerzos y no por castigos, que no suele sentir miedo o ansiedad y que, por lo tanto, el investigador, a la hora de interrogarle, no va a conseguir que sienta miedo al castigo de una larga condena. Por lo tanto, tendrá que emplear otra táctica diferente, teniendo en cuenta que este sospechoso puede desestabilizarse por la ira. 
También puede aplicarse a víctimas de homicidio o asesinato, para tratar de conseguir información sobre el agresor a partir de la forma de ser de su víctima. ¿Y si no está claro si la víctima se suicidó, fue asesinada o, simplemente, murió por accidente? También es útil hacer un perfilado indirecto sobre cuál es la hipótesis más probable. 
El perfilado indirecto, además, puede resultar útil en el trabajo con fuentes humanas en labores de inteligencia, entre otros. 
A la hora de diseñar una estrategia para interactuar con un perfil en concreto, es interesante tener en cuenta la relación entre los principios de Cialdini y los rasgos de personalidad, ya que hay determinadas estrategias de persuasión que funcionan mejor con determinados tipos de personalidad. Por ejemplo, si clasificamos a un hombre atrincherado como extrovertido, impulsivo e inestable emocionalmente, sabremos que hay que utilizar los principios de persuasión basados en la escasez, autoridad y consenso.

Cinta de la escena del crimen

PERFILADO EN ESPAÑA

La Guardia Civil fue el primer cuerpo policial en España en dedicar personas a analizar la conducta. Lo hizo en 1994, con la creación de la Sección de Análisis de Comportamiento Delictivo (SACD). Los miembros de dicha sección son guardias civiles, psicólogos y, además, especializados en investigación criminal. Ellos se desplazan por todo el territorio nacional cuando una unidad de policía judicial solicita su asesoramiento y apoyo. A la hora de trabajar, se basan en el BIA de Reino Unido (Behavioral Investigative Adviser, o “asesor de investigación conductual), empleando, además, una metodología basada en la evidencia. El analista de conducta no solamente elabora perfileles, también ayuda al investigador policial a la hora de tomar decisiones y puede asesorarle en otros ámbitos de actuación. 
A la hora de realizar un perfilado, la SACD combina el perfilamiento inductivo y el deductivo, haciendo especial hincapié en que las inferencias que se lleven a cabo cuenten con evidencia empírica. Se estudia toda la información recogida, preferiblemente entre dos analistas por separado para garantizar mayor objetividad, y se selecciona la información de interés. Esta se clasifica en cuatro áreas: escena del crimen, modus operandi y “firma”, aspectos espacio-temporales o geográficos y victimología. A partir de aquí se pueden hacer inferencias deductivas, apoyadas, siempre que sea posible, en datos inductivos, para establecer el perfil del delincuente.

​ÁMBITOS DE ACTUACIÓN DE LA SACD: (extraído de González, Halty & Sotoca, 2019)

  • Técnicas de interrogatorio y entrevista policial.

  • Exploración de víctimas sensibles y valoración de la credibilidad de testimonios obtenidos.

  • Aplicación de los conocimientos de la psicología cognitiva en técnicas de identificación.

  • Autopsias psicológicas en muertes de etiología equívoca o despariciones de alto riesgo.

  • Valoración del grado de dependencia de posibles adeptos a grupos de manipulación psicológica. 

  • Análisis de conducta en infraestructuras de transporte. 

  • Apoyo a tareas de policía judicial en grandes catástrofes.

  • Realización de perfiles criminológicos. 

La Policía Nacional puso en marcha en 2010 su Sección de Análisis de Conducta (SAC), dentro de la Unidad Central de Inteligencia Criminal. Al igual que la SACD de la Guardia Civil, esta sección cuenta con psicólogos que se desplazan por todo el territorio nacional cuando un investigador policial necesita de su asesoramiento. La SAC utiliza el método VERA, porque realiza el perfil a través de las siguientes fuentes de información: víctima, escena, reconstrucción y autor. Se trata de un procedimiento deductivo que tiene la ventaja de poder aplicarse no solamente a crímenes seriales sino también a casos únicos. Según la SAC, gracias a este método se han podido resolver con éxito multitud de casos de la Policía Nacional.

Image by Volodymyr Hryshchenko

Diferencias entre el investigador y el perfilador

El analista de conducta que realiza un perfil está al servicio del investigador. El retrato psicológico-criminológico que realice el perfilador no va a esclarecer el caso por sí solo, tendrá que ser el investigador el que, con todas las evidencias disponibles, lo resuelva. Ambos utilizan el método científico, el método hipotético deductivo, pero el perfilador simplemente ayuda a priorizar líneas de investigación, dando importancia a ciertos aspectos específicos como, por ejemplo, la motivación criminal.

Conclusión

Desde hace algunos años, tanto la Guardia Civil como la Policía Nacional cuentan con unidades para el análisis de la conducta. Este creciente interés, que además es relativamente reciente, también se ha dado en otros países como Reino Unido. Estos analistas de conducta son expertos que, entre otras cosas, elaboran perfiles psicológicos, agrupando determinadas características a través del análisis de información concreta de ese caso (extraída de la escena del crimen, por ejemplo), y de bases de datos sobre casos similares anteriormente resueltos. Estas secciones de Análisis de Conducta también pueden establecer hipótesis de personalidad a partir de fuentes indirectas, cuando no sea posible o recomendable la utilización de autoinformes, para así poder personalizar la intervención policial con testigos, sospechosos o víctimas.

Referencias:

Canter, D. (1995) The psychology of profiling. En R. Bull y D. Carson (Editors), Handbook of Psychology in Legal Contexts. Nueva York: Wiley. 

Sotoca Plaza, A., González Álvarez, J., & Halty Barrutieta, L. (2019). Perfiles criminales: Principios, técnicas y aplicaciones (Criminología - Manuales). Madrid: Síntesis.

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