Psicópatas integrados
7 de septiembre de 2022 | Por Elena Sánchez-Miel
Contrariamente a lo que se suele pensar, la psicopatía no es sinónimo de criminalidad. Es más, la mayoría de los psicópatas no son delincuentes. Eso sí, que no cometan crímenes no quiere decir que no hagan daño a otras personas. A continuación hablamos de los conocidos como psicópatas integrados, también llamados psicópatas de cuello blanco, socializados, exitosos, predelincuentes o subclínicos. Son aquellos que, a pesar de tener rasgos psicopáticos durante toda su vida, son capaces de triunfar profesionalmente y lograr cierto reconocimiento social por ello.
Para empezar hay que tener en cuenta que el término “psicópata de éxito” ya genera cierta controversia, porque la psicopatía es una patología. Además, ¿a qué llamamos exactamente "éxito"? ¿Basta con mantenerse lejos de la cárcel para ser un psicópata “de éxito”? Los investigadores no se ponen de acuerdo. En este artículo vamos a centrarnos, concretamente, en esos psicópatas que están integrados en la sociedad, en esos que nos rodean y que llegan a ocupar posiciones bien consideradas, incluso de liderazgo.
Pero, ¿por qué hablar de los psicópatas subclínicos? Si no cometen delitos, ¿no son más interesantes los criminales? En realidad, los psicópatas que no pisan nunca una cárcel ni cometen crímenes también son de interés clínico porque, aunque no perpetren conductas formalmente ilegales, sí son propensos a romper nomas sociales y a atentar contra los derechos de otros. Habitualmente violan los criterios éticos que tenemos la mayoría y consiguen éxito a expensas de los demás, ya sean familiares o amigos, dejando un rastro de relaciones rotas a su paso.
“En realidad son tan egocéntricos, insensibles y manipuladores como el resto de psicópatas; sin embargo, su inteligencia, su familia, sus habilidades sociales y sus circunstancias les permiten construir una fachada de normalidad y obtener lo que desean con relativa impunidad.”
Hare (1993)
Los dos grandes rasgos de los psicópatas de éxito
Como ya comentamos en el artículo anterior sobre psicopatía, el PCL-R (Psychopathy Checklist-Revised) es el cuestionario más ampliamente utilizado a la hora de medir rasgos psicopáticos. Sin embargo, posteriormente se ha desarrollado otro instrumento de medida, el PPI (Psychopathy Personality Inventory), para aplicarlo en el ámbito subclínico y no delictivo. Este se centra en las características afectivas e interpersonales de la psicopatía (como la frialdad o el encanto superficial, por ejemplo) y no en las conductas criminales. A partir de estos cuestionarios se han desarrollado dos grandes factores principales, llamados “dominancia del bajo temor” e “impulsividad centrada en sí mismo”. La dominancia del bajo temor, similar a la audacia, está relacionada con conductas adaptativas. Sin embargo, la impulsividad centrada en sí mismo, similar a la desinhibición, está relacionada con conductas desadaptativas.
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Dominancia del bajo temor (audacia) → Adaptativa.
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Impulsividad centrada en sí mismo (desinhibición) → Desadaptativa.
Determinadas características psicopáticas, especialmente aquellas relacionadas con “dominancia del bajo temor”, son adaptativas y guardan relación con el liderazgo y con una mayor probabilidad de ocupar posiciones de poder en empresas, implicarse en política o en profesiones de alto riesgo, como son las de policía o bombero.
¿Dónde se demanda a un psicópata?
Varios autores han puesto de manifiesto que existen determinados ámbitos en los que los psicópatas están sobrerrepresentados, como por ejemplo en política, en las fuerzas del orden, en grandes empresas o en deportes de riesgo.
Los psicópatas van a adaptarse bien a nichos en los que se persiga despiadadamente el estatus. Es más, en estos ambientes los psicópatas podrán camuflar mejor su patología. ¿Cómo? Consiguiendo que se confundan determinadas características psicopáticas con los rasgos que caracterizan a un líder eficaz. Por ejemplo, confundir encanto y grandiosidad con confianza en uno mismo y un liderazgo carismático. También podría considerarse la capacidad del psicópata de manipular a otros como una habilidad positiva de persuasión y comunicación, necesaria en un buen líder. La falta de unos objetivos realistas (que a menudo lleva al psicópata al fracaso) podría confundirse con un pensamiento visionario y estratégico. Incluso esas características psicopáticas que muestran su insensibilidad emocional (falta de empatía y remordimientos, por ejemplo) pueden ser percibidas como que se trata de un líder fuerte que mantiene la cabeza fría bajo situaciones de presión, tomando decisiones impopulares sin dejarse arrastrar por sus sentimientos. En resumen, las características que definen a un psicópata pueden ser camufladas bajo atributos positivos para un liderazgo eficaz, facilitando una carrera en el mundo de los negocios, por ejemplo, aunque a su vez lleve a cabo actuaciones valoradas negativamente. Su buena presentación, entre otras cosas, puede ocultar los comportamientos que dañan a la empresa.
Un nicho ocupacional que premia a los psicópatas es el mundo de los negocios y empresas. Hay estudios que indican que son 3,5 veces más comunes las tendencias psicopáticas en puestos elevados de dirección de empresas, comparado con el resto de la población.
Profesiones con porcentaje elevado de psicópatas
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Directivos de empresas.
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Policías.
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Militares.
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Bomberos.
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Operativos de inteligencia.
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Políticos.
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Abogados.
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Cirujanos.
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Deportistas de riesgo.
Los 3 modelos para explicar: ¿por qué hay psicópatas que tienen éxito?
¿Por qué hay psicópatas que tienen éxito y otros que no? ¿Son ejemplos menos extremos de psicópatas? ¿O son puramente psicópatas pero son capaces de expresar la psicopatía de forma adaptativa utilizando mecanismos compensatorios?
Existen 3 modelos para explicar los psicópatas con éxito:
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El modelo de diferencia de severidad. Los psicópatas con éxito se diferencian del resto en la intensidad de los síntomas. Digamos que son como los psicópatas clínicos pero con características más suaves.
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El modelo de expresión moderada. Los psicópatas de éxito tienen una forma de psicopatía atípica porque cuentan con una serie de características (ajenas a este trastorno) que funcionan como factores de protección, como por ejemplo la inteligencia o una parentalidad efectiva en la infancia.
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El modelo de la configuración diferencial. La psicopatía está formada por diferentes características, en lugar de tratarse de un constructo único. Los psicópatas de éxito se diferencian en que cuentan con una serie de rasgos diferentes a los de los psicópatas sin éxito.
Se asocia que los psicópatas con éxito tienen alto el factor de dominancia del bajo temor, además de ser meticulosos.
Es importante tener en cuenta que, aunque uno obtenga éxito profesional, igualmente puede terminar teniendo una vida desastrosa. Lo complicado en el caso de los psicópatas es, muchas veces, mantener el éxito a largo plazo. Un psicópata que parece que tiene mucho éxito en un punto de su vida, puede fallar más tarde y dejar de ser considerado exitoso. Por lo tanto, el éxito ha de considerarse como algo provisional sujeto a cambios según su historia biográfica.
Psicopatía y política
Actualmente vivimos unos tiempos en los que parece que la imagen del candidato es casi más importante que su ideología política. Por eso, tener una buena imagen y cierto carisma resultan fundamentales. La psicopatía resulta una característica relevante de la personalidad de muchos grandes líderes políticos. ¿Es posible triunfar como psicópata en política? Sí, mientras se dé, conjuntamente, el rasgo de “meticulosidad”.
Un estudio, basado en los presidentes de Estados Unidos, apoya la idea de que la psicopatía es positiva en el sentido de que puede promover un liderazgo eficaz, habilidades de persuasión y buenas habilidades comunicativas. Aunque también algunos comportamientos no éticos.
Pedro Sánchez, actual presidente del Gobierno de España.
[Imagen extraída de: https://www.lamoncloa.gob.es/presidente/biografia/Paginas/index.aspx]
Heroísmo y James Bond
El famoso agente 007, James Bond, parece que existió en la vida real bajo el nombre de Yeo-Thomas. Este espía británico que vivió una vida “de película”, tenía muchas de las características de la psicopatía y podría considerarse un buen ejemplo del llamado “psicópata de éxito”.
Por otro lado, el heroísmo muestra alguna asociación con las características interpersonales-afectivas de la psicopatía. En concreto, la dominancia del bajo temor se asocia con el heroísmo diario en el que una persona ayuda a otros arriesgándose a sufrir un pequeño daño físico por ello.
El lado oscuro de los psicópatas socializados
En el caso de los psicópatas, tal vez al principio les vaya bien en el entorno laboral, debido a su encanto superficial y a su voluntad para correr riesgos, pero la realidad es que a largo plazo terminan incurriendo en comportamientos graves, como mentiras, manipulación de los demás, incumplimiento de normas, explotación de otros o desafío a la autoridad. Además, la audacia característica de los psicópatas puede conllevar a sentimientos excesivos de valía personal, excesiva confianza en sí mismos y grandiosidad. Así que, aunque a corto plazo puedan resultar atrevidos y encantadores, a largo plazo los psicópatas resultan líderes poco competentes. Hay estudios que defienden que la psicopatía está relacionada con tácticas de manipulación, acoso y un comportamiento contraproducente en el entorno laboral. Tampoco tienen buenas habilidades directivas ni son buenos trabajando en equipo.
Tríada oscura y entorno laboral
Se ha estudiado cómo los rasgos de la “Tríada oscura” presentes en líderes y grandes empresarios afectan al éxito y bienestar de los empleados, llegando a la conclusión de que el narcisismo es el rasgo menos perjudicial, siendo tanto el maquiavelismo como la psicopatía negativos para el desarrollo de la carrera profesional de los trabajadores y su bienestar laboral.
Los psicópatas no dudan en manipular a los demás para conseguir beneficios y en atribuirse méritos del trabajo de otros o incluso culparlos por faltas propias. Como líderes, los psicópatas explotan a sus empleados para conseguir sus propios objetivos. Además, como no muestran empatía ni preocupación por otros, no consiguen que sus empleados se sientan satisfechos en su trabajo. A diferencia del narcisismo, los conocidos como “the Malicious Two” (maquiavelismo y psicopatía) tienen efectos más perjudicales en el entorno laboral.
Conclusión
Los psicópatas integrados o socializados son individuos que, aunque no cometen crímenes, atentan contra las normas sociales y los derechos de los demás. Hay una serie de nichos ocupacionales en los que los psicópatas pueden camuflarse mejor, ya que se demanda una serie de rasgos que pueden confundirse con características psicopáticas. Por otro lado, es interesante estudiar cuál es el impacto del psicópata en el entorno laboral. Tienen sus cosas positivas. Por ejemplo, la psicopatía está relacionada con habilidades comunicativas, pensamiento estratégico y creatividad e innovación.
Sin embargo, las características del psicópata, en conjunto, terminan siendo problemáticas en el ambiente de trabajo, disminuyendo el éxito profesional tanto objetivo (salario, número de ventas) como subjetivo (satisfacción personal con la carrera laboral). En lugar de conducir al éxito profesional, la psicopatía parece entorpecer el camino. En el caso de jefes con características psicopáticas se da una mayor tasa de comportamiento agresivo en el entorno laboral. Asimismo los psicópatas son más propensos a llevar a cabo comportamientos no éticos. Además, se les considera con un estilo directivo pobre, dificultades para trabajar en grupo y con evaluaciones negativas por parte de sus jefes más próximos.
Es difícil desenmascarar a un psicópata. Parecen ciudadanos ejemplares. Afortunadamente, con el tiempo nuestra sociedad va siendo más consciente de que no es necesario buscar entre los delincuentes comunes; hay psicópatas mucho más cerca, entre la gente que nos rodea y, muchas veces, entre la gente que nos gobierna.
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