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Ludopatía: las claves de la adicción al juego

15 de diciembre de 2022 | Por Elena Sánchez-Miel

El juego puede ser un entretenimiento sano o puede convertirse en una conducta descontrolada que mine la libertad de la persona. El llamado “juego patológico” se ha comparado con la adicción a sustancias, ya que en este caso también se produce tolerancia (cada vez se necesita aumentar más la "dosis" para conseguir el mismo efecto) y se experimentan los síntomas de abstinencia cuando se prescinde de la conducta de jugar. El denominado juego patológico está reconocido como un problema de salud grave, incluido en los manuales diagnósticos de la Asociación Americana de Psiquiatría y de la Organización Mundial de la Salud. 

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Qué es la ludopatía

¿Qué es la ludopatía?

La ludopatía o adicción al juego es un trastorno en el cual el sujeto pierde el control sobre la conducta de jugar; continúa haciéndolo a pesar de las consecuencias negativas que le supone, desarrolla una dependencia, no puede dejar de pensar en ello, pierde interés en otro tipo de actividades y siente un malestar considerable cuando no juega. 

La ludopatía es un tipo de adicción sin sustancia, como puede ser la adicción al trabajo, la adicción a las compras o la adicción al sexo. Es importante recalcar que, en este tipo de adicciones, también se desarrollan síntomas de abstinencia similares a los casos de drogodependencia.

¿Qué diferencia una conducta normal de una conducta adictiva? (Echeburúa, 2010)

  • Pérdida de control.

  • Fuerte dependencia psicológica.

  • Pérdida de interés por otras actividades.

  • Interferencia grave en la vida cotidiana.

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Diagnóstico

Criterios diagnósticos de juego patológico (según el DSM-5)

Dentro del Manual Diagnóstico de los Trastornos Mentales (DSM-5), el juego patológico está incluido en el apartado de “Trastornos relacionados con sustancias y trastornos adictivos”, específicamente en “Trastornos no relacionados con sustancias”.

 

CRITERIOS DSM-5 PARA JUEGO PATOLÓGICO

 

A. Juego patológico problemático persistente y recurrente, que provoca un deterioro o malestar clínicamente significativo y se manifiesta porque el individuo presenta cuatro (o más) de los siguientes criterios durante un período de 12 meses:

1. Necesidad de apostar cantidades de dinero cada vez mayores para conseguir la excitación deseada.

2. Está nervioso o irritado cuando intenta reducir o abandonar el juego.

3. Ha hecho esfuerzos repetidos para controlar, reducir o abandonar el juego, siempre sin éxito.

4. A menudo tiene la mente ocupada en las apuestas (p. ej., reviviendo continuamente con la imaginación experiencias de apuestas pasadas, condicionando o planificando su próxima apuesta, pensando en formas de conseguir dinero para apostar).

5. A menudo apuesta cuando siente desasosiego (p. ej., desamparo, culpabilidad, ansiedad, depresión).

6. Después de perder dinero en las apuestas, suele volver otro día para intentar ganar ("recuperar" las pérdidas).

7. Miente para ocultar su grado de implicación en el juego.

8. Ha puesto en peligro o ha perdido una relación importante, un empleo o una carrera académica o profesional a causa del juego.

9. Cuenta con los demás para que le den dinero para aliviar su situación financiera desesperada provocada por el juego.

B. Su comportamiento ante el juego no se explica mejor por un episodio maníaco.

 

Además, se añade la siguiente nota:

"Aunque algunas alteraciones comportamentales que no implican consumo de sustancias presentan similitudes con los trastornos relacionados con sustancias, solamente un trastorno —el juego patológico— tiene suficiente evidencia como para ser incluido en esta sección."

Jugadores patológicos vs. Jugadores problema

Un jugador problema es una persona que se implica de forma tan desproporcionada en el juego que es muy probable que termine siendo adicto a él. Aunque puede que aún tenga cierto control sobre su conducta, es posible que sufra un deterioro tanto en lo laboral como en lo familiar. Sin embargo, un jugador problema no reúne las características diagnósticas de la ludopatía. De momento. 

El jugador patológico es aquel que no tiene ningún control sobre su conducta, que trata de recuperar las pérdidas, pero ya experimenta un deterioro importante en lo familiar, laboral y personal. 

Los anteriores casos se diferencian del jugador social, que es aquel que juega por placer, de vez en cuando, y de forma controlada.

Diferencias
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Fases

Fases de la ludopatía

​Los jugadores patológicos habitualmente desarrollan el problema en las siguientes fases:

  1. Fase de ganancia. El jugador experimenta pequeñas ganancias, lo que le estimula a seguir jugando. Esto le hace creer que es fácil ganar y que tiene ciertas habilidades como jugador. 

  2. Fase de pérdida. El jugador se obsesiona con que puede recuperar el dinero perdido, lo que hace que pierda aún más. Experimenta un deterioro en todas las áreas de su vida. En esta fase es cuando sucede la confesión a la familia y las promesas de cambio. 

  3. Fase de desesperación. El juego se vuelve más intenso y aumentan las conductas de riesgo, el deterioro y la impotencia de la familia. El jugador justifica y niega constantemente su problema. Aparecen alteraciones de sueño, alimentación y estado de ánimo. Puede aparecer ansiedad, depresión e ideas de suicidio.

  4. Fase de desesperanza. Esta es una fase que no siempre se da, en el que el jugador puede sentirse completamente impotente, en un callejón sin salida. Esto puede facilitar que busque ayuda y empiece un tratamiento.

Vulnerabilidad psicológica

Como dice Bertrand Rusell en “La conquista de la felicidad”, a mayor número de aficiones o intereses, mayores probabilidades tiene una persona de ser feliz. Aquellas personas que tengan pocas aficiones pueden tener mayor riesgo de caer en una adicción si centran su atención en una única afición, el juego, en este caso. Además, si se trata de una persona con pobres recursos psicológicos para afrontar las dificultades de la vida, cuenta con poco apoyo familiar y social, tiene una tendencia exagerada a buscar nuevas sensaciones y se encuentra en una situación de estrés o vacío existencial, es más probable que termine convirtiéndose en un jugador patológico.

Vulnerabilidad
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Variables psicológicas relevantes de predisposición a la adicción:

  • Impulsividad.

  • Búsqueda de sensaciones.

  • Autoestima baja.

  • Intolerancia a estímulos displacenteros.

  • Estilo de afrontamiento inadecuado.

  • Estado de ánimo disfórico.

  • Carencia de afecto.

  • Cohesión familiar débil.

  • Pobreza de relaciones sociales.

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Sesgos

Sesgos cognitivos y distorsiones de pensamiento de los jugadores

¿Por qué una persona sigue jugando a pesar de que lo ha perdido todo? Porque piensa que puede ganar, que puede controlar el azar de alguna manera. Es decir, la conducta de jugar se mantiene por errores en el pensamiento, o sesgos. Esto es habitual en el ser humano; desarrollamos sesgos o distorsiones cognitivas para procesar la realidad. Es una forma de simplificar la cantidad de información que se recibe y que, a veces, puede ser abrumadora. Estas distorsiones suelen estar presentes en tareas complejas en las que se presentan probabilidades difíciles de calcular, como puede ser el azar. El problema es que, al simplificar la realidad, esta se distorsiona y se puede llegar a conclusiones incorrectas e irracionales. Precisamente esto es lo que sucede a las personas que juegan de forma patológica. Sin embargo, estas distorsiones cognitivas aparecen tanto en jugadores como en población normal, a la hora de jugar a un juego de azar. Eso sí, los jugadores patológicos presentan mayor número de distorsiones cognitivas que los no jugadores. 

El equipo de la Universidad Complutense de Madrid hizo un estudio en 2004 y se llegó a la conclusión de que existe una diferencia importante en el caso de los jugadores patológicos: ellos no tienen ilusión de control (saben, después de tantos intentos, que no puede controlar a la máquina) pero sí creen poder predecir los resultados, pudiendo ser esta la razón por la que persisten en el juego.

A partir de este estudio, se concluye que las distorsiones cognitivas que aparecen con mayor frecuencia en los jugadores patológicos en comparación con los no jugadores son:

  • Predicciones.

  • Considerar el azar como un proceso autocorrectivo.

  • Personificaciones de la máquina, es decir, atribuirle características humanas. Se cree que esto está relacionado con el grado de implicación emocional. No es un factor determinante, es más bien un factor que acompaña al desarrollo del juego patológico.

Tras el tratamiento, las distorsiones cambian y disminuyen, lo que indica su relevancia en este tipo de adicción.

Mujer

Perfil de la mujer ludópata

Respecto al juego patológico, existen diferencias importantes entre las mujeres y los hombres.

Históricamente, en el caso de las mujeres jugadoras, las consecuencias siempre han sido mucho más graves a nivel personal y familiar porque ha existido un rechazo social. Es decir, socialmente no ha estado tan aceptado que una mujer tuviera problemas de juego. 

A pesar de aparecer mucho más tarde que en el caso de los hombres, la adicción al juego en mujeres tiene un curso mucho más rápido. A esto se le llama, en la literatura inglesa, "telescoping effect". En menos tiempo, desarrollan el trastorno llegando a alcanzar una gravedad considerable.

A diferencia de los hombres, las mujeres tienden a jugar a juegos menos activos y no inmediatos, como el bingo o la lotería. Por otro lado, la depresión es el trastorno comórbido más frecuente en la mujer jugadora y los intentos de suicidio son más frecuentes que en el caso de los hombres.

El juego online y su impacto en los jóvenes

En la actualidad, el perfil del jugador está cambiando, afectando cada vez a personas más jóvenes y de todas las clases sociales. La oferta de juego disponible y la proliferación de las páginas web de apuestas deportivas online, hacen que sea todavía más accesible la práctica de dicha actividad, además de dificultar aún más su control. Resulta imprescindible mencionar el desarrollo del juego a través de Internet. Se trata de una modalidad cada vez más común, especialmente entre la gente joven. También es habitual entre aquellos que ya se encuentran muy involucrados en el juego. Proporciona, entre otras ventajas, la disponibilidad de las plataformas 24 horas al día, facilidad de pago, inmediatez y anonimato, a través de nombres de usuario, lo que resulta muy atractivo, liberando al ludópata de los estigmas sociales. Una persona que juega predominantemente online es más probable que desarrolle un problema serio de juego patológico que si jugase de forma tradicional, lo que lo convierte en más adictivo. Otro factor a tener en cuenta es la publicidad que estos juegos tienen en las redes sociales, que impacta especialmente a aquellos que ya tienen un problema de este tipo. Desde su legalización, en España ha habido un aumento de jóvenes que han desarrollado esta adicción, por lo que resulta imprescindible regular el juego online y desarrollar políticas efectivas.

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Comorbilidad

Los jugadores patológicos tienen una predisposición a sufrir dolores de espalda o cuello, cefaleas, problemas gastrointestinales, mareos o hipertensión. Además, también pueden presentar problemas con el abuso y dependencia de sustancias, como el alcohol. El juego patológico también se asocia con trastornos del estado de ánimo, trastornos de ansiedad, trastornos del control de los impulsos y TDAH. 

 

¿Qué otros trastornos suelen presentar los jugadores patológicos? 

  • Mala salud general. 

  • Trastornos por consumo de sustancias.

  • Trastornos depresivos.

  • Trastornos de ansiedad.

  • Trastornos de personalidad.

Comorbilidad
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Tratamiento

Tratamiento psicológico

Inicialmente, se utiliza la técnica de control de estímulos que consiste en evitar todos los estímulos relacionados con el juego. Por ejemplo, se eluden circuitos de riesgo o se interrumpe la relación con amigos jugadores. A medida que avanza el tratamiento, el control de estímulos se vuelve menos estricto. Más adelante, se realizan exposiciones con prevención de respuesta. Primero acompañado y con ayudas suplementarias y, posteriormente, a solas.

Además, es importante identificar situaciones de riesgo para evitar recaídas, aprender respuestas de afrontamiento adecuadas, modificar las distorsiones cognitivas sobre la capacidad de control sobre el juego y llevar a cabo un cambio de expectativas sobre las consecuencias de la conducta adictiva. Se pretende que, a largo plazo, el paciente cambie su estilo de vida por uno más saludable y que aprenda a controlar el ansia de jugar. También es importante intervenir en la solución de problemas específicos, como pueden ser discusiones familiares o problemas laborales, otorgando al paciente las herramientas adecuadas, ya que esto también puede ser decisivo para evitar recaídas.

ATEJ

ATEJ

La Asociación Terapéutica del Juego (ATEJ) actualmente situada en el barrio madrileño de Quintana (España), es una asociación sin ánimo de lucro fundada en 1990 por Antonio Ferrández de la Cruz. ATEJ está especializada en el tratamiento de la ludopatía mediante sesiones grupales y semanales, con el objetivo de lograr la abstinencia total. Como es un elemento fundamental la motivación hacia el tratamiento, en la terapia también están involucrados jugadores rehabilitados que sirven de ejemplo e inspiración al resto. Fundamentalmente se utiliza el control de estímulos y la reestructuración cognitiva, entre otras técnicas psicológicas. Cada semana, el jugador se compromete a cumplir una serie de tareas. 

El tratamiento habitualmente tiene una duración de dos años. Al ser tan prolongado, es evidente que sólo puede llevarse a cabo en una organización sin ánimo de lucro como esta, ya que resultaría económicamente inviable en otras circunstancias. Este tratamiento ha demostrado ser considerablemente efectivo y, una vez rehabilitada, la persona hace una vida completamente normal.

Conclusión

El denominado “juego patológico” es un trastorno catalogado como una “adicción sin sustancia”, que mina la libertad de miles de personas en nuestro país. El jugador se engancha tras una primera fase de ganancia e intervienen una serie de factores de predisposición psicológicos (como puede ser una autoestima baja o un estilo de afrontamiento inadecuado). Estadísticamente sabemos que los hombres juegan más que las mujeres. Aunque es cierto que ellas lo disimulan mejor, tienden a ocultarlo y suelen pedir ayuda más tarde. Los jugadores patológicos acostumbran a tener una mala salud en general y presentan distorsiones de pensamiento importantes relacionadas con el juego, que se modifican tras el tratamiento. Existen asociaciones, como ATEJ, centradas en este tipo de adicciones, que ofrecen un futuro esperanzador para los jugadores y sus familias.

Conclusión
Referencias

Referencias bibliográficas

American Psychiatric Association. (2014). DSM-5: Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales.

Becoña, E. (1993) El juego compulsivo en la comunidad autónoma gallega. Santiago de Compostela. Xunta de Galicia.

de Corral Gargallo, P., Odriozola, E. E., & Irureta, M. (2005). Perfil psicopatológico diferencial de las mujeres ludópatas: implicaciones para el tratamiento. Análisis y modificación de Conducta, 31(139), 539-556.

Echeburúa, E. (Ed.). (2010). El juego patológico: avances en la clínica y en el tratamiento. Ed. Pirámide.

Mañoso, V., Labrador, F. J., & Fernández-Alba, A. (2004). Tipo de distorsiones cognitivas durante el juego en jugadores patológicos y no jugadores. Psicothema, 576-581.

Russell, B. (2003). La conquista de la felicidad. Ed. Debolsillo.

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